La indignación
no podía ser mayor, después de que la brillante atleta Wilma Arizapana fuera
desairada y “humillada” por el señor Mauricio Rodríguez Rodríguez en el mismísimo
despacho presidencial de la Región. Ella
a punto de quebrarse, lo denunció ante los medios de comunicación. Este nuevo exabrupto
del señor Rodríguez ante un compromiso asumido, ha puesto frente a la deportista
y frente a toda la ciudadanía la intolerancia de la autoridad regional. Además el incumplimiento de promesas ya suena
familiar en esta gestión.
Wilma
Arizapana que participará en los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012 representando
al Perú, fue citada a las 8 de la mañana de este viernes para presentarse el despacho
del Presidente Regional. Para empezar la espera fue larga, porque recién fue
atendida pasada las 10 de la mañana. Ahí empezó la humillación que ella denunció
muy indignada. Lo que hace pocos días fue
la palabra empeñada, hoy se convirtió en una negativa y una frustración.
El afán de “ganarse
alguito” del Gobierno Regional, empezó cuando hace unos días el Gerente Regional
de Desarrollo Social lo anunció a los cuatro vientos. Entre otras cosas dijo
que esta iniciativa no era a pedido ni propuesta alguna, no para nada, era “un gesto
voluntario y espontaneo del Presidente Regional.”
Un gesto de
reconocimiento y de solidaridad con la deportista que participará en un evento mundial,
no solo es destacable, sino justo. Pero cuando éste se convierte en un
aprovechamiento del prestigio de la atleta ya es un oportunismo y poco honesto. Sin embargo, resulta más grave, cuando se
expone a Wilma Arizapana a semejante incidente. Como ha ocurrido ahora. Aunque la reacción de sus voceros, haya
intentando desmentir y maquillar el incidente.
Es mas, es
una falta de respeto a su condición de persona, deportista calificada y especialmente
de mujer.
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