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21 febrero, 2012

EL DESASTRE DE LA POLITICA PENITENCIARIA


Challapalca es otro ejemplo de la pésima política penitenciaria que hay en nuestro país. 17 presos de alta peligrosidad fugaron la madrugada de  este domingo 19 de febrero, poniendo al descubierto la desprotección y falta de medidas de seguridad que rondaban aquel centro de reclusión ubicado en un inhóspito lugar de la frontera Puno-Tacna. No es sólo la desproporción que existía entre el personal del INPE al servicio de este penal (13 trabajadores) y la cantidad de reos (120 en total), sino, la falta de una política penitenciaria coherente e integral a nivel nacional.

La pita parece romperse por el lado más débil.  El Director Nacional del INPE José Luis Pérez Guadalupe, ha culpado inmediatamente de la fuga  a una presunta “negligencia de los trabajadores” que en ese momento se encontraban en el Penal de Challapalca. Pero, conforme trascurren los días luego de la espectacular fuga, se vienen descubriendo una a una las falencias de las que adolece este penal, llamado irónicamente “de máxima seguridad”. 

Es increíble. El penal no tiene unidades vehiculares que faciliten la movilidad de las autoridades del INPE en ese lugar.  Los pocos trabajadores que fueron tomados como rehenes por varios minutos, vieron cómo los delincuentes fugaban llevándose sus armas y pertrechos. Luego tuvieron que caminar más de una hora para ubicarse en un lugar de acceso telefónico, para avisar de la fuga, a sus inmediatos superiores.

Los relevos de miembros de la seguridad del penal no se cumplen periódicamente. Desde inicios de febrero los actuales miembros venían reclamándolo. Los protocolos de seguridad no se cumplen adecuadamente. El Director Nacional de INPE habría estado hace dos meses personalmente en el lugar, aun así no se tomaron en cuenta las precariedades que existían desde hace tiempo en este lugar.

Los antecedentes indican que si bien es cierto que esta es una espectacular fuga por su magnitud.  En meses anteriores hubo otras fugas menores. Es decir, lo de máxima seguridad es teórico. Reos muy avezados, curtidos en su diario delictual, se ingenian los más inimaginables métodos para burlar la seguridad y huir.

El sistema penitenciario en general, atraviesa una crisis que no puede ser superada por varios factores. Primero, porque las políticas nacionales no son serias, no son sostenibles, sólo se dictan paliativos. Segundo, los presupuestos son exiguos en comparación a la población penal y los enormes problemas que hay.  Tercero, la corrupción está también latente en los penales, por ello es que si las investigaciones se profundizan en este caso, no sería sorpresa que esta vez hubo complicidad para la fuga, a cambio de qué y cuánto, debe investigarse mas.

En esta realidad, el espíritu de la norma penal peruana, de reinsertar a la sociedad a los delincuentes, es puro cuento.

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