Es el discurso que maneja el alcalde David Mamani Paricahua, cuando quiere desacreditar las protestas de la población contra su gestión o quiere desprestigiar a su dirigencia. Bajo ese mismo discurso, un grupo de dirigentes dicen que acaban de sepultar a la organización de los 4 conos de Juliaca y han anunciado el nacimiento de un nuevo frente barrial y la convocatoria a un primer foro de consolidación para el 24 de enero.
Pero además, se han dado tiempo para cuestionar también a la Central de Barrios. La acusan de "política y electorera" y de "candidata" a su presidenta Janet Zea. Ni mas ni menos, las mismas acusaciones que endilga "el profe" o sus allegados, cuantas veces quieran.
En cambio, no han tenido ninguna generosidad para reconocer por ejemplo, que la Central de Barrios y otras organizaciones en torno al Comité de Lucha tuvieron la valentía de confrontar al cuestionado alcalde David Mamani, quien hasta antes del histórico 22 de octubre era un ser inubicable en la municipalidad; casi algo inalcanzable o divino. O también el merito de haber puesto en evidencia, una gestión bastante autoritaria y vertical para el cobro de impuestos, pero sorda y nada dialogante para atender las necesidades de la población.
La asociación de la personas es absolutamente libre por mandato constitucional. Pero ese no es el tema ahora. El asunto es que esta vez los mentores de la "nueva" organización barrial se sumen al coro del alcalde y destilen todo su odio contra la valiente diligencia que dirigió dos exitosos paros. De por sí existe demasiada suspicacia. Quién mas interesado en seguir atacando a las organizaciones usando variadas estrategias.
El nuevo frente barrial, Gustavo Alvarez, Wilber Olvea, Fidel Quihue entre varios, refuerzan sus justificaciones en un abandono total de que son víctimas cerca de 250 urbanizaciones de la ciudad. Calles abandonadas, inundaciones inminentes, servicios básicos colapsados, desorden vehicular, caos del comercio ambulatorio y hasta invasiones por doquier, es decir, casi una tierra de nadie.
Ahí existe una media verdad. Porque los mismos dirigentes no han dicho nada, sobre la forma como se asaltan las arcas municipales y de cómo la corrupción se ha instalado en cada rincón de la Municipalidad de Juliaca. Que hay doce allegados a alcalde David Mamani, que están prófugos de la justicia; que el Poder Judicial ha encontrado suficientes indicios de delito en la compra de video cámaras para las calles de la ciudad; que la Contraloría General de la República ha intervenido al municipio y está por evacuar hallazgos de nuevas irregularidades con responsabilidades penales y civiles; que en el municipio les descuentan un promedio del 10% a todos los funcionarios de confianza y trabajadores contratados, bajo el pretexto que van a los fondos del "movimiento". Salvo que este frente barrial se pronuncie recién sobre estos asuntos. Sería saludable para desechar sospechas.
La cuestionada gestión de David Mamani luego del golpe que le propinó la población vuelve a articularse y tiene sobradas razones para manipular organizaciones o para desinteresarse absolutamente de las mesas de trabajo que prometió funcionarian para discutir los pedidos de la población. Los cambios de gerentes y funcionarios firmados en sendos acuerdos municipales, se han convertido en una simple rotación, de modo que todo siga igual. "El monstruo no ha muerto, apenas está herido".
La tarea es aún larga, en la lucha contra la corrupción y un mal gobierno municipal en Juliaca. Pero con dirigencias honestas y sólidas; menos manipuladas y divididas.
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