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24 abril, 2011

PANORAMA INCIERTO EN JULIACA.

En el segundo período municipal del profesor David Mamani Paricahua, no encontramos aun alguna garantía, que emita señales para ser una buena gestión y que mejore sus anteriores cuatro años que terminaron con su vacancia por el Jurado Nacional de Elecciones, por varias razones.

Primero, el Alcalde no ha mostrado hasta hoy un gesto de cambio en el estilo de gobierno frente de la comuna. Así se deduce los cuatro meses que ya han trascurrido. Con poca apertura de su despacho a las organizaciones y la población y los aires de soberbia que invaden sus actos, se convierte en más de lo mismo.

Segundo, el Consejo Municipal nuevo es realmente de antología, en las pocas intervenciones con la prensa, han mostrando un total desconocimiento de sus funciones y una inacción frente a los problemas. La primera intervención de una regidora preguntando a uno de los asesores legales para que la ilustre sobre cuáles eran las funciones de un regidor, es realmente la muestra de un desconocimiento absoluto de para qué ganaron las ultima elecciones.

Si el anterior Concejo Municipal no alcanzó logros en sus funciones, es porque el Alcalde nunca aperturó el dialogo y acercamiento como es menester en una gestión corporativa de acuerdo a ley, y se enfrascaron en una lucha intestina apenas iniciaron el gobierno municipal. Enfrentamiento que tiene sus orígenes en una desavenencia en la distribución del poder en el Municipio.

A la composición del nuevo concejo municipal le hace falta capacidad. Pues esta vez, David Mamani escogió un grupo de personas, a su medida y sus exigencias, para no despertar algún cuestionamiento o fiscalización en su gestión. Diríamos que pidió en los concejales que lo acompañan solo requisitos mínimos, como la incondicionalidad y el sometimiento.

Pero no buscó en ellos un conjunto de compromisos con su pueblo y a partir de ahí la disposición de ser líderes en la solución de los enormes problemas que tiene Juliaca en: transportes, comercio ambulatorio, servicios básicos, ornato y embellecimiento, distritalización, salubridad, drenaje de aguas pluviales, seguridad ciudadana, entre otros.

El tema de fiscalizar a la gestión en un municipio con el mayor presupuesto de la región y fuertes cuestionamientos en los periodos anteriores, está aun mucho más lejano. Los regidores de oposición están reducidos tanto en cantidad como en calidad. Si los cuatro primeros años de David Mamani, no dieron resultados de fiscalización y control con un avasallamiento del ejecutivo; los próximos cuatro, es probable que ni siquiera haya la minima intención de controlar o investigar.

Entonces, es un panorama bastante incierto el que augura a Juliaca en los próximos años.

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