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04 mayo, 2010

UN PODER CON PIES DE BARRO, Alcalde Mamani Paricahua impuso chantaje y extorsión en movilización promovida con dineros del municipio.

El medio día del miércoles 28 de abril, don David Mamani Paricahua ha hecho ostentación de un poder, circunstancial por cierto, que le delegó el electorado como Alcalde la Municipalidad de San Román. Pero este poder a estas alturas es raquítico, que tambalea, se retuerce en sus desaciertos, en sus errores, en medio de soberbia y autoritarismo, que teniendo pies de barro, se viene abajo poco a poco. Fue en medio de una movilización y mitin, promovida por el Alcalde en base al chantaje y la extorsión. Obreros de obras, trabajadores de limpieza y ornato y humildes beneficiarias del vaso de leche, fueron obligadas a asistir, bajo amenaza de suspenderles sus remuneraciones o los beneficios con que son favorecidas.Quinto, el rechazo absoluto de cualquier tipo de dialogo con la población, han convertido al señor Mamani Paricahua, en una especie de dictador, para quien no existe nadie mas que él.

Las personas que cayeron en el chantaje del Alcalde, fueron usadas además para lanzar una candidatura a la reelección municipal, que fue lo más destacado de su jornada, además de seguir irresponsablemente fustigando a dirigentes y pobladores. Pero además fueron usadas para agredir a periodistas, como el caso de la colega Zenaida Zea, del Diario Los Andes; acto que repudiamos y denunciamos a los órganos gremiales y de defensa de los derechos de los periodistas.

El señor Mamani Paricahua hizo uso como quiso de la Plaza de Armas, armó un escenario, organizó toda una maquinaria. Sin embargo, el Procurador del Estado para la Municipalidad Héctor Pilco Jordán, no fue consecuente con sus declaraciones hechas solo hace unas horas; había dicho que pondría orden cuando la Plaza de Armas, lugar prohibido para manifestaciones, fuera utilizada. Indudablemente era obvio que no podía denunciarlo a quien es su protector, el Alcalde de la Municipalidad.

El Procurador se puso iracundo; ensayando una verborrea jurídica amenazó ayer denunciar a los dirigentes de la Central de Barrios y organizaciones que protestaban en el atrio del templo de Santa Catalina. No aprendió en la universidad el letrado que el derecho a la huelga, a la protesta y a la libre expresión está amparado en la Constitución Politica, ley de leyes del Estado. Soberbio como su mentor dijo que haría respetar la ley, y sostuvo muchas incoherencias, como defender a los serenos de la Municipalidad que fueron ordenados por y él y el Alcalde para que agredan a los dirigentes populares con premeditación.

Las debilidades de la gestión Mamani Paricahua, que se han hecho manifiestos en los últimos días, especialmente desde una contundente paralización del último 21 de abril, tienen muchos argumentos.

Primero, ha vivido en los tres años y medio de su gestión una permanente crisis de legitimidad y gobernabilidad, llego a la alcaldía con apenas el 19% de votos; es el único Alcalde que mantiene su gobierno con tres regidores que están de su lado, y ocho que lo cuestionan. A los últimos les ha aplicado una especie de ley del hielo; no los escucha, no los atiende, no les da acceso a la información de ejecución de presupuestos ni de obras, sin posibilidad de plantear proyectos o iniciativas, y finalmente sin que puedan hacer uso de su facultad de fiscalizar.

Segundo, su gobierno no posee ningún plan de desarrollo que viabilice la solución de la compleja problemática que afronta Juliaca actualmente. Las pocas obras que ejecuta en diversos sectores son producto de la improvisación, del impulso de momento, de cálculo electoral, de favor político. No lo impulsa la planificación. Tiene un grupo de “asesores”, que solo han promovido cualquier desatino del “profe”, y más bien se han convertido en punta de lanza de la ola violentista que impulsa desde el inicio de su gobierno.

Tercero, al Alcalde le han hecho creer que es uno de los alcaldes que más obras ha ejecutado; con la lógica de un narciso, se vanagloria de logros, cuando la realidad es distinta. Problemas como el transporte urbano y el comercio ambulatorio, por citar solo algunos, han crecido cualitativa y cuantitativamente, hasta hacerse inmanejables.

Las más de 30 empresas de transporte urbano han convertido sus vehículos y las calles los lugares preferidos para maltratar pasajeros. Un verdadero plan regulador de rutas no funciona hasta hoy porque el Alcalde no sabe de lo que se trata. Varios improvisados terminales terrestres, esta a punto terminar con el rechazo de los empresarios del transporte interprovincial, quienes podrían abandonar el lugar porque no existen las condiciones para su trabajo.

Los comerciantes, ante la ausencia de la autoridad, han invadido kilómetros de calles y plazas. No existe una sola propuesta para resolver este problema.

Cuarto, en el reclamo de la población frente a la situación de Seda Juliaca, en su condición de Presidente de la Junta Empresarial y como Alcalde no ha sabido, asumir la postura de una autoridad o de un padre de la ciudad. Lejos de tender puentes y generar consensos con la población, respondió con agresión, la amenazo y finalmente la abandonó.


Por lo tanto, un poder municipal que no se sustenta, en un gobierno democrático, participativo, eficiente, es un poder que no dura, y va camino al fracaso.

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